Las
investigaciones realizadas en las últimas décadas sobre el estudio del cerebro
humano, comportamiento y emociones, así como el mayor interés de las empresas, las universidades y las
escuelas de negocios por capacitar de forma más eficaz a sus líderes, han
provocado que la neurociencia, la neuropsicología hayan centrando estudios en esta área con un
gran impulso en el siglo XXI, recibiendo un mayor esfuerzo investigador por
parte de los centros e institutos científicos.
Si
bien la primera referencia al término neuroliderazgo fue realizada por Bennis y
O’Toole en una publicación de Harvard Business Review 2005 sobre las limitaciones de los programas
de Máster en Administración de Empresas, fue hasta que David Rock, en
colaboración con el neurocientífico Jeffrey Schwartz, quien desarrolló una año
después el concepto de este nuevo campo de investigación que aplica el
conocimiento de la neurociencia al desarrollo empresarial.
En
los Estados Unidos, el 65% de los trabajadores preferirían tener un nuevo jefe
antes que beneficiarse de un aumento de sueldo, según pone de relieve el
Instituto de Neuroliderazgo. Esto es consecuencia de una mala concepción del
management en las empresas, ajena a la importancia de las habilidades sociales
de los directivos.
Sin
embargo, el neuroliderazgo aporta un cambio de perspectiva, convirtiendo las
relaciones interpersonales y las emociones en el vehículo hacia el éxito de las
compañías y aportando a los gerentes y directivos las herramientas necesarias
para impulsar y motivar a sus equipos. La nueva generación e líderes debemos
asumir que las personas somos seres sociales y que, sin equipo, no puede haber
cambio.
CONCEPTUALIZACIÓN
DEL NEUROLIDERAZGO
Henry
Minzberg describe que “El neuroliderazgo se centra en cómo los individuos en un
ambiente social toman decisiones y resuelven problemas, regulan sus emociones,
colaboran con otras influencias, y facilitan el cambio.”
Para
Braidot el neuroliderazgo “intenta
definir la base neuronal del liderazgo y de la gestión, y estudia los
procedimientos del cerebro que explican la conducta reflejada en el desempeño
del individuo, la motivación, la toma de decisiones, la inteligencia emocional,
la forma de relacionarse con otros, la inteligencia y aprendizaje individual,
entre otros aspectos vinculados al mundo organizacional y del ejercicio del
liderazgo”.
Es
decir el neuroliderazgo se enfoca en los factores intelectuales y emocionales
vinculados a la toma de decisiones, la capacidad para resolver problemas, el
funcionamiento y la conducción de equipos de trabajo, el aprendizaje individual
y organizacional, los procesos motivacionales, la creatividad e innovación, los
estilos de liderazgo, la gestión del cambio, los mecanismos de reconocimiento
positivo y recompensas, entre otros aspectos del contexto organizacional. Es en
estas áreas donde el neuroliderazgo interpreta y traduce los descubrimientos de
la neurociencia, en metodologías, modelos y herramientas de aplicación práctica
dentro de las empresas e instituciones.
Por
otra parte, el neuroliderazgo pone el énfasis en el desarrollo de las
capacidades personales del cerebro, más que en el aprendizaje de modelos
externos de liderazgo y gestión que se han acuñado a lo largo de la historia
como conocimiento acumulado. Al respeto indica Braidot “Los verdaderos líderes
son quienes tienen el cerebro preparado para decidir sobre la marcha, en el
momento. Ya no hay tiempo para imaginar escenarios porque la velocidad con que
cambian las circunstancias no lo permite. Tampoco hay tiempo para estudiar el
caso y, mucho menos, para aplicar una solución aprendida”. El neuroliderazgo
apunta más a la toma de decisiones instintivas que a las decisiones de libro,
proveyendo así oportunidades para exploraciones creativas ante retos de amplias
dimensiones.
OBJETIVOS
DEL NEUROLIDERAZGO
El
objetivo de esta nueva área de investigación consiste en conocer a través de
una metodología científica cómo funciona la mente de los directivos, los mecanismos neurocognitivos que subyacen
al comportamiento de las personas para,
así, poder comprender el proceso neuronal que interviene en las acciones de los
líderes y desarrollar una metodología práctica con las conclusiones conseguidas.
Según
explican Rock en su investigación The
emerging field of NeuroLeadership, son cuatro los ámbitos en los que se centran
los estudios de neuroliderazgo:
1. Toma de decisiones y
resolución de problemas.
2. Control emocional ante
situaciones de estrés.
3. Colaboración y trabajo en
equipo.
4. Adaptación al cambio.
ELEMENTOS
DE ESTUDIOS DENTRO DEL NEUROLIDERAZGO
La
neurociencia aporta valiosos conocimientos y descubrimientos acerca de cómo
funciona el cerebro y de cómo aprenden las personas, que resultan muy útiles y
que presentan múltiples aplicaciones en el contexto organizacional y en el
ejercicio del liderazgo. Para el neuroliderazgo se toman en cuenta dos elementos que moldean nuestra conducta
como lo son neuroquímicos y neuronales.
ELEMENTOS NEUROQUÍMICOS
Existen
numerosas sustancias que el organismo segrega para equilibrar nuestro estado
físico y mental y poner en marcha mecanismos de respuesta ante determinadas
circunstancias. Actualmente sabemos cuáles son los compuestos químicos que
juegan un papel crucial durante los procesos de management y estos son:
• Endorfina: es considerada
un opiáceo natural, ya que su función es generar placer. Lo curioso de estas
hormonas es que se liberan con la risa, pero también en situaciones de estrés o
miedo para enmascarar el dolor y poder superar la crisis. ¿Nunca han tenido un
ataque de risa nerviosa antes de una charla importante?
• Dopamina: es la generadora
del sentimiento de satisfacción cuando concluimos con éxito una misión, por lo
que favorece el progreso. El cuerpo las libera de forma gradual, para que
consigamos seguir avanzando. Por el contrario, el estrés reduce su presencia,
provocando déficit de atención.
• Serotonina: es la
responsable de que sintamos orgullo cuando contamos con la aprobación y el
respeto del resto de nuestro entorno, aumentando nuestra fortaleza y
autoconfianza. También es la causante de inhibir la ira, el mal humor, el sueño
o el apetito.
• Oxitocina: el agradable
estado de ánimo que conseguimos cuando estamos con amigos, realizamos algún
acto altruista o interactuamos positivamente con los demás es producido por la
oxitocina, autora de los sentimientos de amor, amistad y confianza. A
diferencia de la dopamina, que ofrece una recompensa instantánea, la oxitocina
tiene efectos más duraderos.
• Cortisol: nuestro
organismo la produce en situaciones de emergencia para ayudarnos a resolver los
problemas, aunque niveles elevados de este elemento ocasionan irritabilidad,
cansancio, palpitaciones, ansiedad o falta de apetito.
• Adrenalina o epinefrina:
acelera la respuesta de nuestro cuerpo ante amenazas, emociones intensas,
ruidos inesperados o temperaturas altas.
• Testosterona: se asocia
con el comportamiento competitivo y la consecución del éxito.
Ahora
bien, ¿existe un perfil biológico del gran líder? En este sentido, la
investigación An ideal hormone profile for leadership: Can you help yourself be
a better leader?, de Josh Davis y Pranjal H. Mehta, publicada en el
NeuroLeadership Journal en 2015, ha estudiado los niveles hormonales de un
grupo de gerentes durante procesos de resolución de problemas.
La
conclusión de esta investigación es que
los líderes más eficaces son aquellos
que resistieron más de cara al fracaso y se adaptaron a situaciones de alto
estrés, presentando altos niveles de
testosterona y bajos de cortisol. Por un lado, la primera hormona reduce el
miedo al riesgo y mejora las ganas de superación del sujeto, mientras que la
segunda sustancia disminuye la ansiedad, provocando que el líder se comporte
con seguridad y sin perder el control.
ELEMENTOS NEURONALES
• Neuroplasticidad
Dispenza la define como “la capacidad del cerebro de reformarse, remodelarse y
reorganizarse”. Se puede conceptualizar como la habilidad del cerebro de
modificar o alterar su propia estructura como consecuencia de la experiencia y
del pensamiento, para adaptarse a los cambios que el entorno impone o para
funcionar de otro modo. El cerebro,
tiene la propiedad de adaptarse a la actividad que realiza. De modo que
modificando la actividad que se realiza se puede modificar la estructura del
cerebro. El cerebro tiene la destreza natural para crear nuevas sinapsis y
crear nuevas células, o de disminuir el número de conexiones nerviosas, según
sea la necesidad y los requerimientos.
Esta
destreza es fundamental para la adaptación al entorno y para el logro de
cambios de hábitos o adopción de nuevos hábitos, cambios en las percepciones
del mundo, así como el aprendizaje de nuevas conductas y formas de pensar.
Es
decir que la neuroplasticidad es la base estructural del aprendizaje. El
proceso de aprendizaje se explica sobre la base de la plasticidad del cerebro,
vale decir, sobre su capacidad para la adaptación y el cambio. En esencia, el
aprendizaje tiene que ver con la capacidad de hacer conexiones sinápticas y de
reorganizarse. La neuroplasticidad del cerebro ofrece, amplias consideraciones en el ejercicio de
liderazgo.
• Neuroaprendizaje
El
neuroaprendizaje refiere a una disciplina que nació de la conjunción de varias
ciencias como la neurobiología, la psicología y la pedagogía, entre otras. El
neuroaprendizaje estudia al cerebro "como órgano del aprendizaje"; su
anatomía, funcionalidad y plasticidad que hace posible los procesos de
aprendizaje. Algunos de los aportes interesantes del neuroaprendizaje, que
pueden ser capitalizables en la gestión del liderazgo, son:
Aprendizaje por Asociación
Para
generar aprendizaje se necesita relacionar el nuevo conocimiento con uno
previamente existente. Al respecto concluye en sus estudios Donald Hebb,
neuropsicólogo e iniciador de la biopsicología, que los nuevos circuitos o
redes neuronales se establecen más fácilmente por la influencia de otros
circuitos existentes. Es decir, el cerebro aprende más fácilmente algo nuevo,
partiendo de lo que ya aprendió y conectó sinápticamente, de esta forma se
agregan las nuevas conexiones relacionadas con la nueva información. El
aprendizaje por asociación refiere a que los líderes necesitan proveer el
contexto informativo que facilite el aprendizaje en el trabajo.
Aprendizaje por Experiencia
Hallazgos
en la neurociencia sugieren que la experiencia es la vía más efectiva para
generar cambios neurológicos. Así lo indica Dispensa “La experiencia enriquece
el cerebro hace las conexiones sinápticas más fuertes y duraderas”. Comenta
también el psicólogo Tulving que las informaciones que obtenemos a través de la
experiencia sensorial se graban más fuertemente que las que obtenemos en forma
puramente intelectual. En este sentido, distingue dos tipos de memorias:
semántica y episódica. La memoria semántica está vinculada a la información que
se obtiene intelectualmente como concepto, sin mayor participación de los
sentidos. Esta memoria es llamada por
Dispenza como método de texto para hacer conexiones. La otra memoria es
la episódica, que se da a través de la experiencia y vivencia con los
contenidos cognitivos en un ambiente de experiencia.
El
neuroliderazgo toma en consideración de cómo enseñar para que la gente aprenda
más fácilmente, siendo fundamental para maximizar el beneficio del esfuerzo en
la capacitación. El líder, es
responsable de crear las condiciones para facilitar y desarrollar los procesos
cognitivos y funciones ejecutivas del cerebro de un modo que la gente pueda
aprender.
Estas
herramientas posibilitan, cubrir diversos estilos de aprendizaje, considerar
los diferentes tipos de inteligencias, los distintos canales de representación
sensorial y formas de enfrentar desafíos emergentes.
• Capacidad Atencional
Es
la habilidad para resolver problemas y la toma de decisiones. La cantidad de
atención que una persona es capaz de focalizar sobre un evento en particular
recibe el nombre de capacidad atencional o densidad de atención. Según el
especialista en neuroliderazgo Braidot: “Una adecuada densidad de atención
modela el cerebro, en un sentido literal, ya que refuerza circuitos neurales
específicos que forman parte de diferentes estructuras de la corteza
prefrontal.
La
importancia de este hallazgo radica en que la corteza prefrontal también se
encuentra fuertemente implicada en la capacidad de planificación, resolución de
problemas y toma de decisiones”. De modo que a mayor concentración, mayor
densidad de atención. El éxito depende, entonces, de la capacidad de un líder
para enfocar e inducir a otros a enfocar la atención con intensidad y
frecuencia en ideas específicas.
CÓMO
APLICAR EL NEUROLIDERAZGO A EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO
¿Por qué debemos apostar por el trabajo
grupal?
Gracias
a los avances de los estudios neurocientíficos, podemos conocer cómo
interactúan a nivel inconsciente los miembros de un grupo, cuáles son los
procesos químicos que se desarrollan durante una crisis, qué hormonas
intervienen en las relaciones personales o qué cambios cerebrales se producen
durante una reunión.
RECOMENDACIÓN PARA POTENCIAR AL MÁXIMO EL TRABAJO EN EQUIPO
Para
NeuroPower Group, esta conversión parte de un acercamiento inicial a las
necesidades del cerebro humano, basado en seis puntos principales:
• Relaciones. Cuando un
individuo es excluido socialmente, el cerebro activa las mismas regiones que en
caso de dolor físico o sensación de peligro. Por eso, el primer paso de un
líder para crear equipos de alto rendimiento es crear comunidad entre los
integrantes del grupo, conseguir que sientan parte de un todo.
• Expresión. Somos emociones
y son nuestros sentimientos los que pueden determinar nuestra forma de actuar.
Por ejemplo, cuando sufrimos ansiedad tendemos a ver de forma negativa el
futuro, mientras que si sentimos ira obtenemos una visión más positiva, ya que
esta sensación reduce nuestra percepción del riesgo. Habilitar los cauces
oportunos dentro de los equipos para que los trabajadores puedan expresar sus
estados de ánimo nos ayudará a potenciar el rendimiento del grupo.
• Liderazgo. Ancestralmente,
aquellos que estaban en la cima jerárquica de las tribus eran los que optaban a
los mejores alimentos, mujeres o utensilios, de modo que el resto se sentía
incentivado para ascender. Actualmente, este reconocimiento sigue latente en
los procesos neurológicos de los individuos, hasta el punto de que el
reconocimiento o agradecimiento por un buen trabajo activa las mismas áreas de
la mente que las recompensas económicas. De ahí la importancia de que los
directivos seamos capaces de reconocer el esfuerzo del equipo, aumentando su
motivación.
• Identificación. Gracias a
la neurociencia, hoy sabemos que nuestro cerebro cuenta con las llamadas
neuronas espejo, capaces de hacernos comprender los sentimientos de otra
persona a través de un complejo mecanismo que activa la segregación de
oxitocina. La clave para contar con equipos de alto rendimiento es desarrollar un
liderazgo basado en la empatía, donde se primen las fortalezas frente a las
debilidades.
• Simplificación. Está
demostrado que las personas comprendemos en un tercio más aquello que vemos que
si solo lo escucháramos. Por tanto, para conseguir el mayor potencial de
nuestro equipo debemos simplificar los procesos, de modo que los miembros
puedan analizar y entender la situación y aportar nuevas perspectivas a la
estrategia.
• Esperanza. Nuestro cerebro
actúa como una cadena de producción. Solo cuando hayamos satisfecho las
anteriores necesidades cognitivas de nuestro equipo completaremos la
transformación del grupo hacia el rendimiento óptimo, con esperanza y visión de
futuro.
BENEFICIOS
DEL NEUROLIDERAZGO EN EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO
Conociendo
los verdaderos elementos en los que se basa la motivación de los empleados y
entendiendo cómo funciona el cerebro humano podremos conseguir grupos de
trabajo cohesionados, implicados y eficaces, lo que aportará a la compañía los
siguientes beneficios:
• Motivación de los
empleados en la consecución de sus tareas diarias.
• Mayor creatividad por
parte de los equipos
• Capacidad de decisión por
los individuos.
• Resultados de mayor
calidad.
• Aumento de la implicación
y compromiso de los trabajadores en el cumplimiento de los objetivos
empresariales.
• Creación de entornos de
trabajo más positivos.
• Refuerzo de las fortalezas
de los colaboradores.
• Generación de lazos
interpersonales sólidos.
• Resistencia al estrés y
situaciones de crisis.
• Comunicación más fluida en
el equipo y a nivel interdepartamental.
Alejandro Becerra
Psicólogo
REFERENCIA
Arana,
A. (2012) Neuroliderazgo Una Perspectiva Innovadora Del Liderazgo. Global
Neuroliderazgo consultores.
Braidot,
N. (2008) Neuromanagement. Ediciones Granica. Argentina
Braidot,
N. (2013). Neuromanagement y neuroliderazgo. Ciencias Administrativas.
Argentina
Dispensa
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Rock,
D., Siegel, D. (2012) "The Healthy Mind Platter". Neuroleadership Journal
NeuroPower Group (2014) Leading the way with neurointelligence,
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Poelmans,
S.(2014) ‘Quiet Leadership’.La ciencia y la praxis del neuroliderazgo. Harvard
Deusto Business Review
P&A
Grupo (2015) Neuroliderazgo: aprovecha el potencial de tu cerebro, España
Trujillo,Y.
(2016) Neuroliderazgo: El desafío del líder actual en tiempos de reformas
educativas.Asociacion educar, Argentina
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